El origen de los cuentos de hadas se pierde en la noche
de los tiempos, no podemos saber quién o cuando inventó esos famosos relatos
que todos nosotros hemos oído desde niños. Lo que si es absolutamente cierto es
que estas historias han ido sufriendo grandes cambios desde que fueron contadas
por primera vez.
Casi todos sabemos que gran parte de estos cuentos
tienen su origen en la zona de Europa Central, lo que tal vez muchos no sepan
es que en un principio no fueron inventados para los inocentes oídos infantiles
sino para amenizar las frías noches germanas en las tabernas de los pueblos o en otras ocasiones eran historias inventadas por mujeres para dar ejemplos moralizantes a sus oyentes.
Tanto Perrault, Andersen, Basile o los hermanos Grimm fueron fundamentales en la difusión de
estas historias, recopilándolas de la tradición popular y escribiéndolas para
inmortalizarlas. Para ello las suavizaron y cambiaron los detalles más
escabrosos y violentos. Ya en pleno siglo XX surgió Disney para añadir más
edulcorante a estos cuentos, introducir animalitos que hablan y hacer cantar
insufriblemente a los protagonistas.
Pero ¿Qué cambió en estas historias a lo largo de los
tiempos? Vayamos por partes:
BLANCANIEVES:
Todos
conocemos la historia….¿o no? Veamos,…. En la versión Disney, la malvada
madrastra cae por un acantilado y se supone que muere. Pero el relato de los
hermanos Grimm nos dice que es obligada a bailar con unas zapatillas al rojo
vivo hasta la muerte. Por otro lado, los Grimm dicen explícitamente que
Blancanieves tiene 7 años cuando comienza el relato, no cuenta cuanto tiempo
pasa en el bosque, pero suponiendo que sean dos o tres años, a menos que el príncipe
azul tenga 11 o 12 años me da la impresión de que estamos ante un caso flagante
de pedofilia. Eso por no hablar de que la madrastra le pide al cazador que le
lleve su corazón para saber que está muerta, claro, que en la historia de los
Grimm lo que hace es comerse el corazón. Puaj! Canibalismo. Menudo relato para
niños….
LA BELLA
DURMIENTE:
Todos
recordamos que la princesa duerme durante 100 años a consecuencia de un
pinchazo con una aguja de una rueca hasta que el príncipe la despierta y sin
conocerse de nada se casan y son felices. Pero en relatos anteriores mientras
la bella duerme, el príncipe la ve tan hermosa que la manosea, la besa y sigue
con el trajín. Consecuencia de ello la princesa queda embarazada y da a luz
gemelos, todo ello mientras duerme. Habría que verle la cara cuando despertó.
Disney, desde luego no podía consentir eso, llamó Aurora a su princesa, la
escondió en el bosque con tres viejas hadas chifladas e hizo que conociera al príncipe
antes de dormir…claro, que entonces no pudo mantenerla dormida 100 años, no se
sabe cuánto, pero la realidad es que el príncipe era el mismo que la despertó,
por lo cual…igual solo se echó una siesta…
CAPERUCITA ROJA
De todos los cuentos populares
que nos ha legado la Edad Media, este es el que ha sufrido las
mutilaciones más severas de parte de comentadores, y recopiladores, entre ellos
primero Perrault en 1697 y más tarde los hermanos Grimm en el siglo XIX
El cuento, hasta la escena en donde el lobo se viste con las
ropas de la abuela, es más o menos el mismo que conocían los niños medievales.
Las diferencias se dan a partir de este punto. La historia de Caperucita parece
como un relato de advertencia sobre los peligros de trabar conversación con
desconocidos en el camino. Lo que cambia con respecto a las primeras versiones parece
ser el final. Originalmente Tanto la abuelita, como Caperucita eran devoradas
por el lobo.
Una versión anterior a los Grimm cuenta que el lobo disecciona a
la abuela, hace un guiso con su carne y luego disfrazado da de comer a la niña.
Más tarde para suavizar estas versiones se elimina la escena de la comida y se
introduce la figura del leñador quien abre la panza del lobo y salva a la
abuela y la Caperucita a las que por lo visto había tragado ¡enteras y vivas!
LA CENICIENTA
Se cree
que la versión más antigua de este cuento aparece en un libro chino escrito
ente los años 850 y 850 d.C. La chica, es maltratada por su madrastra y su
hija, tan malignas como las de las otras versiones, que le hacen calzar zapatos
muy pequeños haciendo que sus pies se
queden diminutos.
Más tarde Basile, el escritor
napolitano escribió su propia versión de la historia, con una Cenicienta
llamada Zezolla, víctima de malos tratos desde la infancia.
Este
cuento comienza con una infeliz niña que planea el asesinato de su malvada
madrastra, acto que acaba cometiendo al romperle el cuello (vamos, que
Cenicienta podría considerarse como una asesina infantil). Por desgracia para
la protagonista, el padre acaba casándose con una mujer aún peor que la
anterior, que lejos de venir sola aparece en casa con seis hijas de lo más
malvadas, que obligan a Zezolla a trabajar todo el día en casa y en la cocina.
En esta versión la magia
proviene de un árbol mágico, que ayuda a
la chica a ir al baile real con ropas lujosas, un caballo blanco y doce pajes.
A medianoche la chica desaparece dejando como única muestra de su existencia
una zapatilla vacía. Fue
Charles Perrault quien hizo posible el cuento que hoy conocemos. En diversas
versiones europeas antiguas del cuento, la zapatilla resultó ser de raso, de
cuero, de oro o de piel. En el cuento francés que inspiró a Perrault la
zapatilla era de piel y fue el autor el que decidió transformar la zapatilla en
zapato y cambiar el material por cristal.
De no
haber sido por él, la historia que habría quedado para ser leída por todos es
una versión escocesa. En este cuento tampoco hay un hada madrina, sino un
carnero mágico que, descubierto por la madrastra, es atado y asado. La
Cenicienta, afligida por la pérdida de su carnero y deseosa de acudir a un
baile real pide un deseo ante los huesos del carnero que le es concedido y,
vestida con un lujosísimo atuendo, acude al baile donde cautiva al príncipe. Al
volver a casa corriendo pierde una preciosa zapatilla de raso.
Como en la versión que todos
conocemos el príncipe empieza la búsqueda se su amada zapatilla en mano. La
madrastra obliga a su hija mayor a cortarse los dedos del pie y parte del talón
para poder calzar la zapatilla y acceder al trono.
El príncipe inexplicablemente
acepta a la hermanastra fea, puesto que la zapatilla le va bien, pero más tarde
un pájaro le confiesa que el pie oculto en la zapatilla está incompleto y que
la bella muchacha que está buscando es otra. El príncipe la encuentra gracias
al pájaro chivato, se casa con ella y viven felices
Más tarde los Grimm volvieron a
retocar el cuento logrando gran popularidad.
Y luego llegó Disney, con ratoncitos,
pajaritos y de nuevo una vieja hada madrina.