Gabacho es un término utilizado por los españoles para
referirse de forma despectiva a nuestros vecinos franceses. El sentido propio
de la palabra proviene del vocablo occitano GAVAG
(montañés rústico), con el que los habitantes de la Cerdaña denominaban a los inmigrantes procedentes de
los pueblos del pirineo francés y que ejercían los trabajos más ingratos. Parece ser que Gavag deriva de un término prerromano: GABA (buche de ave). Y es que la
falta de yodo en la dieta de los montañeses provocaba un abultamiento en la
garganta (bocio), ello propició que se les llamara Gavag.
Sebastián Covarrubias, en 1611escribió: "gavacho: Hay unos pueblos en Francia, que confinan con
la provincia de Narbona; … A éstos llama Belteforestio gavachus y nosotros
gavachos. Esta tierra debe ser mísera, porque muchos de estos gavachos se
vienen a España y se ocupan de servicios bajos y viles, y se enfrentan cuando
los llaman gavachos”.
En 1659 la Cerdaña se dividió entre Francia y
España por el Tratado de los Pirineos. En julio de 1825 aldeanos de ambas
nacionalidades de congregaron en Puigcerdà para celebrar unas fiestas, pero los
españoles apalearon a los franceses al grito de "¡mateu els gavach, han governat Espanya massa temps!"
(En catalán, ¡matad a los gavachos, han gobernado España demasiado tiempo!)
Gabacho fue pasando a ser un término genérico para referirse a
todos los franceses. Como muestra, y para finalizar, el poema de Fernández de Moratín escrito en 1778:
"Admiróse un portugués
de ver que, en su tierna infancia,
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
Arte diabólico es
-dijo torciendo el mostacho-
que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal,
llega a viejo y lo habla mal,
y aquí lo parla un muchacho".
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