lunes, 30 de septiembre de 2013

¿Por qué Gibraltar no es español?

 Carlos II, murió sin descendencia, así que nombró sucesor a Felipe de Anjou , nieto de la infanta española María Teresa de Austria y por lo tanto sobrino nieto del rey, quien fue coronado con el título de Felipe V.  Acababa así la dinastía de los Habsburgo y llegaba al trono español la dinastía de los Borbones.
Pero no toda Europa aceptó al nuevo rey y apareció otro pretendiente al trono español el Archiduque Carlos de Habsburgo, bisnieto de Felipe III. La guerra civil y europea  estalló.
El ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía de Francia y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Esto llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco. Por otro lado, Felipe V representaba el modelo centralista francés, apoyado en la Corona de Castilla, mientras que  Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista, apoyado en la Corona de Aragón.
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V. Junto a las victorias militares de Almansa, Briguega y Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto:  Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar en España. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a temer la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca.
 La guerra concluyó con la firma del  Tratado de Utrecht en 1713.



El tratado estableció principalmente lo siguiente:
·         Felipe V era reconocido por las potencias europeas como Rey de España pero a cambio renunciaba a cualquier posible derecho a la corona francesa para él y para todos sus descendientes.
·         Los Países Bajos españoles y los territorios italianos del reino de Aragón (Nápoles y Cerdeña) pasaron a Austria. El reino de Saboya se anexionó la isla de Sicilia.
·         Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso (derecho limitado a comerciar con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en las Indias). Con esto comenzó la hegemonía de Inglaterra en el mar.

Sin embargo, en el artículo X del Tratado de Utrecht se especificaba que solo se cedían la ciudad y el castillo de Gibraltar junto con su puerto, defensas y fortalezas. Eso implica que España no cedió el istmo, las aguas territoriales o el espacio aéreo supra yacente. Además, en el documento figuraba que España tiene un derecho preferente para recuperar este territorio en el caso en que la Corona británica decida darlo, venderlo o enajenarlo de cualquier modo.
Desde aquel mismo momento la recuperación de Gibraltar ha sido un objetivo permanente de la política exterior española. Con este propósito, durante el siglo XVIII, se utilizaron indistintamente instrumentos diplomáticos y bélicos. En dos ocasiones, España intento, sin éxito, recuperar la plaza por la vía de las armas.

Menorca fue recuperada tras la guerra de los siete años entre Francia e Inglaterra en la que España se posicionó a favor de la primera. Tras la firma de la paz de Amiens, la isla, que había sido ocupada por Francia y luego de nuevo por Inglaterra, volvió a la corona española, pero no así Gibraltar

Desde 1963 Gibraltar está incluido en la lista de territorios sometidos a descolonización. Y en la Declaración de Lisboa de 1980 entre España y el Reino Unido ambos Gobiernos se comprometían a resolver el problema de Gibraltar de manera amistosa y de acuerdo con las resoluciones s de Naciones Unidas sobre la necesidad de descolonizar Gibraltar. La Declaración de Lisboa fue desarrollada posteriormente por la Declaración de Bruselas, de 1984, en la que España y el Reino Unido sentaron las bases de un nuevo proceso negociador, que quedó interrumpido por el Reino Unido y no ha sido retomado hasta la fecha.











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